En el mundo moderno ya no queda prácticamente espacio para los osados y los amantes del riesgo. Ya no hay ninguna emoción en soltar un gas hediondo en medio de una reunión, exponiéndose a ser desenmascarado. La moda de tomar pastillas para que nuestras emanaciones huelan a chocolate va ganando cada día más adeptos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario