sábado, 18 de agosto de 2012

PROGRAMA N° 163 - 17.08.2012


El ejercicio del poder exige muchas veces adoptar actitudes camaleónicas. Un líder político que se precie debe ser inconmovible con algunos y en segundo ser la persona más tierna del mundo. Debe hablar como una cheto cuando se reúne con las Leonas y minutos después, como un reo cuando se explican recetas económicas heterodoxas.

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